Las palmeras de Alicante son la imagen de la ciudad. Si por algo es conocida la ciudad de Alicante es por sus palmeras. ¿Quién no reconoce el paseo de la Explanada con sus palmeras?. Pero ¿cómo llegó la primera palmera a la ciudad?
Corría el año 1844, cuando procedente de Valencia llego a Alicante un coronel de la caballería llamado Pantaleón Boné, con la intención de liberar a la ciudad del gobierno liberal moderado de González Bravo y con ello mejorar las condiciones económicas, políticas y sociales de la ciudad. Para ello pidió la ayuda de sus habitantes y los fue reclutando poco a poco; a los sastres y zapateros les comunicó mediante un bando (bajo amenaza de que si no lo cumplían les multaría con 100 reales) que transformaran todos los productos que había asaltado Boné en los almacenes del puerto: los paños para hacer uniformes y los fardos de suela para hacer zapatos.
Así fue tomando la ciudad poco a poco y dispuso importantes refuerzos en el Castillo de San Fernando y en el Castillo de Santa Barbara. En pocos días se vio obligado a gestionar una importante estrategia en armas, alimentos y en sus tropas, para asegurar una buena defensa de la ciudad y mantener alta la moral de sus oficiales. Pero los aliados de González Bravo, comenzaron a llegar desde Valencia y Murcia. Poco a poco fueron estrechando el cerco en torno a Boné, ya que uno de sus hombres de mayor confianza: Juan Martín “El Empecinado”, el cual estaba al mando del Castillo de Santa Barbara, le traicionó negociando la entrega de la ciudad a sus enemigos, cortando todas las comunicaciones entre el castillo y la ciudad.
Pantaleón Boné se refugió en el castillo de Alicante hasta que fue capturado.
El día 8 de Marzo Pantaleón Boné junto con sus 23 compañeros fueron fusilados por la espalda en el malecón del puerto (actualmente la Explanada de España).
Cuenta la leyenda que al día siguiente en el malecón, en el mismo lugar donde había caído el cuerpo ensangrentado de Pantaleón Boné, brotó de repente una hermosa y altiva palmera. Aquello causó una gran admiración por parte del pueblo alicantino, que lo interpretó como un símbolo de la libertad.
Deja un comentario: