Cuentan que unos prisioneros cristianos fueron encerrados en una cilla o granero por los árabes a su paso por la Península. Estos prisioneros, muertos de miedo y rezando para poder salir de ahí, dibujaron durante la noche la imagen de un Cristo crucificado en una de las paredes para sentirse protegidos. Cuando se despertaron descubrieron que todos habían tenido el mismo sueño, en el que el Cristo dibujado se les había aparecido para pedirles paciencia y resignación porque pronto serían liberados. Los cristianos perplejos y cansados dijeron: “una cosa es predicar y otra es dar trigo”.
Cristo Iglesia San Juan de Rabanera Soria
Tiempo después, estos prisioneros fueron liberados y la cilla se usó como granero. Lo increíble de este granero era que nunca se terminaba el grano. Intrigados por saber qué pasaba, bajaron a la base de la cilla y vieron, atónitos, la estatua de un Cristo crucificado, idéntico al que habían dibujado tiempo atrás. Se dice que la estatua dijo: “Cuán olvidado me tenéis, aunque además de predicar os doy trigo”. El Cristo fue trasladado al Monasterio de San Polo.
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