Intentar resumir en un único artículo todas las maravillas y las diferentes posibilidades que podemos encontrar en estas islas al norte de Noruega es tarea verdaderamente difícil. No obstante, lo intentamos.
Aunque son dos conjuntos de islas distintas, y conforman municipalidades diferentes en Noruega, vamos a tratarlas como un único destino turístico por su proximidad y su similitud, incluso están unidas por carretera. Es lo normal, cuando dedicamos un viaje a estas increíbles islas, visitar lo más importante de ambas, aunque también es de justicia decir que los paisajes más pintorescos los vamos a encontrar en el sur de las Islas Lofoten.
Lo primero que llama la atención cuando te vas acercando a ellas en barco o en avión, e incluso ya desde la costa de Noruega, es la increíble belleza natural del conjunto de islas. Los picos de piedra gris parecen salir directamente del agua en ascensión casi vertical hasta más allá de los 1.000 metros de altura. Junto a las montañas, también encontraremos fiordos noruegos, glaciares, centenares de pequeños pueblos y aldeas, y hasta playas de fina arena.
Lo segundo que debería llamarnos la atención, aunque quizás no es tan evidente para el visitante, es la climatología. Se trata de una de las mayores anomalías de temperaturas del mundo, atendiendo a su latitud, y es que recordemos que estamos siempre al norte del Círculo Polar. Las islas gozan de un clima muy suave gracias a la Corriente del Golfo, que mantiene la temperatura en invierno muy cerca de los 0ºC, y en verano en torno a las 16 – 18 ºC. Esto hace de las islas un destino perfecto para cualquier época del año.
La mejor manera de moverse por las islas es sin duda en coche, aunque también podemos recorrerlas mediante la red de transporte público, en autobús, nos resultará muy cómodo y sencillo, o mediante líneas de ferry. Pero no es tampoco ninguna tontería el recorrerlas en bicicleta, de hecho, es una de las actividades más practicadas en las islas.
Además del ciclismo, el senderismo, el montañismo, la escalada, el rafting en mar abierto con lanchas a motor, el kayak, o incluso el golf, son las actividades y deportes más apropiados para practicar, y más valorados por los visitantes. Además, es un importante destino para la pesca, siendo ésta, de hecho, la principal actividad económica del lugar.
Los principales atractivos culturales los encontraremos en los pintorescos pueblecitos pesqueros y aldeas, y aquí cabe destacar algunos que nos han dado las estampas más famosas de este destino, como: Kabelvag, Henningsvaer, Reine o Nussfjord, entre muchos otros. También es de visita obligada el fantástico Museo Vikingo Lofotr, cerca de la localidad de Borg. Se trata de una auténtica casa de uno de los jefes vikingos más poderosos de su época, descubierta durante una excavación arqueológica, y que fue convertida en museo viviente, y que expone muchos hallazgos reales, además de reconstrucciones, y que nos transporta verdaderamente a la época vikinga durante al menos un par de horas.
Pero una de las grandes riquezas de las islas es su fauna, verdaderamente espectacular. En cualquier época del año podemos realizar safaris en el mar, en grandes barcos o en pequeñas lanchas neumáticas, que nos facilitarán el avistamiento de águilas marinas, focas, orcas en invierno, y cachalotes y ballenas más grandes en verano, en su hábitat natural, en las cristalinas aguas que rodean las islas.
En cuanto al alojamiento, siempre vamos a poder encontrar un buen hotel en sus respectivas capitales: Sortland y Svolvaer. Pero también podemos encontrar infinidad de alojamientos más pequeños y familiares, a lo largo y ancho de todas las islas, y a mí siempre me gusta recomendar probar la experiencia de dormir en una cabaña tradicional de pescadores, las llamadas “rorbuer”, en noruego, siempre las encontraremos a las orillas del mar o de un fiordo y tienen un encanto especial. Muchos hoteles disponen de estas cabañas equipadas con todo lo necesario.
Por último, no nos podemos olvidar de dos de los fenómenos naturales más espectaculares, y que por supuesto, afectan y multiplican el atractivo de las islas ya se visiten en invierno, o en verano. Hablamos de las Auroras Boreales y del Sol de Medianoche. Disfrutar de ambos desde las islas Lofoten o Vesteralen, es sencillamente impresionante.
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