En Roma hay muchas catacumbas, unas construcciones subterráneas donde se enterraban los cuerpos que no se podían acoger dentro de las murallas de la ciudad. Una catacumba es una construcción subterránea donde algunas civilizaciones tenían como costumbre enterrar a los cuerpos de sus familiares.
En Europa se pueden encontrar muchas, pero las más famosas e importantes son las de París y Roma. En la capital italiana hay muchas, como la de San Calixto, Prisca, Pretextato, San Sebastián o Lucila. Para visitarlas hay que realizar una ruta con un guía, porque son tanto laberínticas que el turista se puede perder. Así pues, para poder ver y conocer sobre su historia y mitología, un guía de viaje es el más adecuado.
Las catacumbas comenzaron a aparecer en Roma en el siglo II después de Cristo para que las autoridades romanas no querían que se entierra a los muertos dentro de las murallas de la ciudad. Las comunidades cristianas y judías querían enterrar sus cuerpos de manera digna, con reliquias y ceremonias, como lugar para el culto sagrado, por eso hicieron estas construcciones bajo tierra (tanto si la visita es en verano como en invierno hace mucho frío, así que es recomendable llevar la ropa adecuada). A partir del siglo V la Iglesia vuelve a enterrar los cuerpos en la superficie, de modo que las catacumbas quedan abandonadas hasta, prácticamente, en el siglo XIX.
Una de las más importantes catacumbas romanas es la de San Calixto. Allí se ubica la Cripta de los Papas, donde fueron enterrados los primeros papas de la historia. El Papa Pío IX visitó las excavaciones durante el siglo XIX y descubrió la importancia de estas tumbas. Pero allí también está la Cripta de Santa Cecilia, donde hay una copia creada en los Estados Unidos de la escultura de Maderno. Sus huesos y la escultura original se encuentran en la Iglesia del Trastevere. La imagen es muy impactante, porque se ve su cuerpo muerto con la cabeza tapada, decapitado.
Las catacumbas de Domitila son las más grandes de la ciudad de Roma. En primer lugar fue construida por los hebreos, pero luego utilizada por los cristianos para enterrar a sus familiares y como refugio ante la persecución. En las catacumbas de San Sebastián, supuestamente, se encuentran las flechas utilizadas para asesinar el santo así como los restos de San Pedro y San Pablo. En las catacumbas sólo se podrán ver las construcciones en sí. No hay que esperar ver calaveras ni cuerpos enterrados para que no será así. Se verán muchos pasillos con todo de tumbas y algunas inscripciones en las paredes.
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