Andorra es uno de los mejores destinos para disfrutar de nuestras mejores vacaciones. Es un punto clave en el mapa en donde podemos disfrutar de muchos lugares de interés. También nos podemos relajar, probar su oferta gastronómica y aprender de un país con mucha trayectoria a sus espaldas.
Pero el principal punto de interés de Andorra son sus estaciones de esquí. Las pistas de esquí en Andorra recorren cientos de kilómetros, y es que estamos hablando de un país en donde la mayor parte está situada en mitad de los pirineos. De sus 468 kilómetros cuadrados de extensión, un 90% está declarado como forestal, mientras que el 10% restante ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.
En concreto, se calcula que hay más de 300 km de pistas para esquiar, con niveles que se adaptan a todo tipo de usuario. Tanto aquellos que están empezando, como quienes tienen ya una gran destreza, encontrarán en Andorra el lugar perfecto para disfrutar de las mejores pistas de esquí.
Grandvalira es una de las estaciones de esquís andorranas más importantes. Comprende una extensión de unos 210km con 7 accesos diferentes.
A través de sus servicios de webcams en directo podemos conocer el estado en el que se encuentran las estaciones en este momento, para que nos hagamos una idea de la calidad de sus pistas.
En estas estaciones de esquí también podemos encontrar algunas interesantes opciones para aquellas personas que no esquían, como puede ser hacer rutas en motos de nieve, jugar con raquetas de nieve, probar con el mushing, entre otros.
El impacto de la industria del esquí en la economía de Andorra
Hace algún tiempo, la nieve no era demasiado querida en Andorra. Estamos hablando de un mal inevitable con el que los andorranos tenían que vivir algunos meses hasta que desaparecía al subir las temperaturas.
Por desgracia, la nieve y el hielo afectaba drásticamente a la sociedad, sobre todo a la industria ganadera y agrícola.
Aunque si bien es cierto que en la década de los años 30 ya se practicaba el esquí en este lugar, no sería hasta finales de los años 50 y principio de los años 60 cuando empezaría a despertar este deporte, llegando al punto de convertirse en todo un pilar de la economía de Andorra.
La primera de una larga serie de pistas de esquí llegaría en el año 1956, y no mucho después empezarían a construirse las siguientes.
Según los datos que se obtuvieron el pasado 2017, la industrial del esquí en Andorra representa un PIB nominal de 2.674 millones de euros.
La cantidad de visitantes ascendió en ese año de forma importante, hasta llegar a los 2674 millones de euros. Además, de los mismos, más de 3 millones terminarían pernoctando en una de las camas del país preparadas para turistas. En tan solo un año (2018), este valor se habría incrementado hasta llegar a casi los 9 millones de pernoctaciones.
La importancia del esquí andorrano para el empleo
En 2018, las estaciones de esquí dieron trabajo a más de 2200 personas y se calcula que los ingresos obtenidos para el mismo año llegaron a superar los 100 millones de euros.
Analizando los datos con más detalle, se calcula que cada euro que el turista destina en las estaciones de esquí se reparte entre 7 servicios diferentes: alojamiento, compras, restauración, así como otros tantos servicios.
En definitiva, el esquí es un pilar económico muy importante de Andorra. Si quieres practicar este deporte, te recomendamos hacerlo en las pistas de Grandvalira.
Y recuerda que en Andorra hay muchos más puntos de interés para que descubras en tu visita.
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