Pese a que Brasil invita a sus playas, existen también tesoros muy bien reservados en su interior como es el caso de Gramado muy cerca de Argentina con una impronta alpina en el gran entorno de Río Grande do Sul, una ciudad pequeña y fresca enverado a 130 km. De Porto Alegre la capital del estado de Río Grande do Sul, ubicándose más cerca de Buenos Aires que de Río de Janeiro. Gramado se enclava en Serra Grande, en un terreno de irregular decorado con pequeñas casas e iglesias desdibujándose prolijamente dando el encanto de un pueblito alemán.
De arquitectura elegante, líneas rectas y esquemáticas con techos a dos aguas y abundante madera como decoración de los balcones, fachadas con puertas, ventanas y listones formando un enrejado en las paredes exteriores. Acompaña la arquitectura una súper vegetación natural que aparece sistemáticamente ordenada geométricamente con líneas curvas coloridas. Las maderas llegan a las calles como señalización que incluye troncos rústicos con trabajo artesanal, los huecos de tierra son aprovechados para las plantas con flores, circundan los árboles podados con precisión detallista.
Todo es sumamente cuidado al extremo, caminar por las veredas de gramado es hacerlo sobre una alfombra de pasto, en sus calles asfaltadas se puede apreciar la pulcritud inigualable como también en los autos, ventanas y techos de las casas de estilo alemán, admitiéndose solo estos de estilos arquitectónicos: el bávaro, el enxaimel y el normando.
El alemán Leopoldo Rosenfeld fue el diseñador de su impronta además del inventor del parque del Lago Negro, rodeado por un camino y cipreses importados de la Selva Negra. Para mantener su estructura de pueblito tradicional pintoresco se han prohibido los shoppings y las cadenas de fast foods. No existe la inseguridad siendo este uno de los principales atractivos turísticos, atractivo que es aprovechado también por los mismos brasileños para pasar cada año días de tranquilidad rodeados de un paisaje natural. Bordeando la costa Florianópolis recibe con una hilera de chalets estilo inglés y el Palacete de Espejos, atractivos que incitan a una noche por la costanera iluminados por el brillo de la luna llena al amanecer para desayunar con el típico alfajor Merengo con 3 capas de masa, dulce de leche y glasé real, un hito artesanal que data desde 1851.
Cruzando se llega a la Isla Si Garden plena de casas de fin de semana y sembradíos de frutas, verduras y flores. Gramado es conocida como la ciudad de las Hortensias, flor que la identifica, un punto de la ruta de un viaje romántico en vías de desarrollo turístico que pretende ser conocido y explorado en sus 300 km. Pasando por el museo del Vapor y del Chocolate se accede a una visión desde 800 mts. De altura con montañas lejanas y cercanas, selvas, plantaciones y campos que se extienden hasta el horizonte.
Una ruta bordeada de hortensias lleva desde Gramado al pueblo de la Canela, un lugar más brasileño con mucha naturaleza, con Cachoeira do Caracol, un arroyo que parece deshacerse en un pozo de agua y piedras, luego se rehace y vuelve a perderse a lo lejos en un bosque de la Mata Atlántica, una catarata que es esencia de la tierra donde pájaros entran en ella para atravesarla mientras el agua los arrastra hacia abajo y luego salen atravesando el arco iris que allí se forma. Gramado está hecha para el turismo con casas de vacaciones.
La tradición del chocolate importado de Bariloche tiene menos de 40 años. Sus visitantes aseguran que tiene un parecido muy particular a Disneyworld, con eventos como la Festa da Colonia, en la que participan las colectividades alemana, italiana y portuguesa; Gramada aleluya en Pascuas; Festival de Cinema, en agosto, Festival del turismo en noviembre y Natal Luz, la navidad más larga del mundo ya que se extiende por dos meses hasta enero convirtiendo a Gramada en una ciudad temática con árboles vestidos de árboles de Navidad con papás Noel de todos los tamaños y colores, pingüinos, renos, osos polares, paquetes de regalos, cornetas, muñecos de nieve.
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