Viajar a Ibiza es todo un lujo. La isla está llena de pequeños lugares y rincones de los que disfrutar tanto en verano como en invierno. Sin embargo, para los que aquí vivimos, no falta algún momento durante la temporada en la que recibimos la visita de familiares y amigos.
Aquí les contamos cómo sacarle provecho a la Isla en veinticuatro horas (y por cuatro euros oiga) con esta guía de turismo de Ibiza viajaribiza.com
Recibimos a nuestros visitantes en el vuelo de primera hora de la manaña. Son las ocho, una hora perfecta para llegar y empezar a vivir. Como las entradas de los hoteles no se suelen producir hasta las doce, cogemos el coche (si no dispone, le recomendamos alquilar uno) y salimos hacia el puerto. Tomamos café en una terracita y algo para desayunar. A la española, que a mí el beicon en ayunas me da ardor.
Con el coche bien aparcadito en zona azul, y su ticket correspondiente (procure llevar siempre algo suelto), nos vamos al Paseo de Vara de Rey. Allí cogemos el minibús que sube a la zona alta de la ciudad, Dalt Vila. Un paseo por los baluartes y terrazas, y llegamos a la plaza de la catedral. Las fotos de recuerdo empiezan a acumularse.
Son las doce. La calor empieza a apretar, así que bajamos con tranquilidad y llegamos al hotel con la reserva en mano. Les doy diez minutos para soltar las mochilas y ponerse un bañador.
Un paseo de quince kilómetros nos planta en Sant Antoni, y de allí a Cala Salada, una de esas calas que no puedes perderte si quieres decir que estuviste en Ibiza. Un bañito y volvemos a Sant Antoni. Hora de comer. El Restaurante Manchego está bien de precio, y pedimos algunos platos típicos de la tierra. Fritada de Pulpo y un poco de pescado. Un entrecot para mí (ya, ni es típico ni de la tierra, pero hoy no pago yo la cuenta).
Con la tripa llena, nuestro siguiente destino es la playa de Ses Salines. Se quieren tostar y ver un poco de famoseo en el Malibú. Los dejo a ver si se quedan contentos y me voy andando un poco más adelante, siguiendo las antiguas vías del tren de la sal. Allí hay una pequeña calita donde nadie me va a tocar las narices. Son las seis. Vuelvo a por ellos y los despego del chiringuito.
Siguiente parada, playa d’en Bossa. Visitamos Bora Bora. Un bar musical de mucha fama, con la pista de baile en la arena. Mucho lucimiento de tipito y venga darle a la cámara. Yo ya empiezo a tener hambre y la noche será larga. Casi de los pelos, nos vamos a dar una duchita y a ponernos guapos. Ya les aviso que se pongan un bañador seco debajo.
Alguien sugiere ir a comer a los restaurantes de la muralla. Allí las vistas al puerto son espectaculares por la noche. Como tengo ganas de pizza, les hago unos pequeños comentarios sobre el precio de las entradas de las discotecas.!!! Que buenas están las cuatro quesos que hacen en la pizzería Piccola!!!. En plena Avenida España, en el centro de Ibiza. Es pequeña, y hay poca gente. Suerte. Menos tardamos y ya estamos impaciente por comenzar la ruta de las discotecas. Es lunes y mañana no trabajo, así que, fiesta del agua en Es Paradis.
Pero como el baño empezará tarde, pasaremos antes por Privilege que nos coge de camino. Una vez remojados, y con la espectacular camisa de mis acompañantes, volvemos hacia Ibiza y paramos en Amnesia. El ambiente va a ser un poco guiri, así que pasamos de largo y visitamos Space. Son la cuatro de la mañana, y la puerta está a tope. Pues yo no me quedo sin que vean Pachá, otra vez será. Terminamos la noche en una de las mejores discotecas del mundo. Son las seis de la mañana. No nos ha dado tiempo de beber entre una cosa y otra, así que, frescos como una rosa, nos dirigimos a Talamanca. Está amaneciendo. Y la vista es espectacular. En cuatro horas sale el avión. Volvemos al hotel a que den una cabezadita, si pueden. Nos despedimos con la firme promesa de que volverán en invierno. Espero que para ese día, el que esté de viaje de 24 horas en Ibiza sea yo, porque otra noche igual, a mi edad, ya no la aguanto.
Genial!! Ibiza es lo máximooo y aunque 24 horas definitivamente no son suficientes, debo reconocer que las recomendaciones están excelentes…De mi parte, hay tres cosas que son necesarias en Ibiza: la primera es viajar en grupo, la segunda es levantarse temprano (aunque es dificil debido a las trasnochadas, vale mucho la pena), obviamente la rumba y las discotecas y finalmente, el alquiler de coches ya que es una opción que te permite recorrer las calas de esta maravillosa isla a tu propio ritmo y sin depender de terceros…
Está guay el post. A mí me han hablado mucho de la ibiza croata. Dicen que se llama Pag
nosotros estuvimos en Hvar, de allí dicen lo mismo… la Ibiza croata… pero que vá killo…. es como comparar el tocino con la velocidad…. que haya una discoteca no quiere decir que sea como Ibiza, jajajajja…. de Pag, lo que es muy famoso es el Pag cheese. wenísimo!!